Recojo fragmentos de costumbre 
Aquellas alas se vuelven cortas
Y tu cruel aliento a incertidumbre
Infame tacto de manos frías 
El eco del portazo de indecisión
El miedo se estampa con las manías 
Detrás de tu espalda se oculta el sol 
Mis zapatos siempre divorciados
A descompás caminando tu calle
Busco puertas sin candados
A juego con el anhelo de un detalle 
Me he vuelto vigía de las noches 
Adorando estrellas que murmuran 
Me cubre la escarcha de reproches 
Eternidad de almas que madrugan 
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